Texas tiene más de 1,200 hogares de ancianos, que son semilleros para el coronavirus mortal. Sin embargo, hasta el 1 de mayo, los residentes o sus seres queridos no pudieron averiguar si había casos conocidos de COVID-19 en los hogares. Según datos (haga clic aquí para obtener información actualizada) proporcionada por el Departamento Estatal de Servicios de Salud de Texas, hay 379 instalaciones de vida asistida y 830 hogares de ancianos donde se ha informado al menos un caso.
Esta información permite a los seres queridos que necesitan trasladar a personas mayores a un centro asistencial o desean trasladarlos a otro más adecuado, tener información sobre la seguridad del traslado. Desafortunadamente, esta información está lejos de ser exhaustiva, lo que deja muchas conjeturas sobre quienes viven o trabajan en estas instalaciones.
¿Por qué hay un enfoque en estas instalaciones?
Los medios de comunicación se centra en la enfermedad y muertes entre las personas mayores por muchas razones. Lo más notable es que los ancianos suelen tener afecciones médicas subyacentes que los hacen más susceptibles al virus. Se estima que hay 4.300 casos confirmados del virus y 740 muertes entre los ancianos. Se sospecha que muchos más tienen el virus. Como foco de COVID-19, estas instalaciones también son particularmente peligrosas para los trabajadores de todas las edades: 650 empleados han enfermado y más de 100 han muerto.
Los seres queridos pueden proteger a los trabajadores y ancianos
Las familias de las personas que contraen o mueren a causa de la COVID-19 tienen derecho a saber qué sucedió y cómo se transmitió el virus. Dependiendo de las circunstancias, pueden tener la opción de presentar una demanda contra la organización a cargo de la instalación. Quienes tengan preguntas o inquietudes deben hablar con un abogado con experiencia en el manejo de casos como estos para determinar los resultados probables de un acuerdo o una cita en la corte.
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